Agradezco a Alejandro Merenzon que me haya
internado a la fuerza.
Yo estaba tirado en una plaza en 1992,
fumaba marihuana, aspiraba cocaína y cuando podía hasta me inyectaba cocaína
porque me gustaba el flash (el efecto).
Una vez que ya estaba internado en El Paraíso,
desintoxicado y lúcido me empecé a dar cuenta que si mi hijo no me hubiese
llevado a la fuerza y si Alejandro
Merenzon no me hubiese retenido en la comunidad terapéutica El Gran Paraíso durante un año
yo estaría destruido o muerto.
¡Gracias a mi hijo!
¡Gracias a El Paraíso!
¡Gracias a Alejandro Merenzon!
Hoy estoy vivo y sano.
Gerardo
Abadjian
Ruta 8
km 72.100
Exaltación
de la Cruz